Mmm... Puré

No sabía que tanta gente había caído bajo el embrujo de Crepúsculo, admiro a Stephenie Meyer en cierta forma, porque creó una obra no del todo perfecta y se aseguró su patrimonio por las próximas 3 décadas. En resumidas cuentas, la autora es afortunada, pero su obra no es nada genial, al contrario.

A propósito de eventos desafortunados, esta semana me ocurrió un hecho que marcó mi semana totalmente. El miércoles en la noche preparé mi almuerzo para los dos días siguientes, pero lamentablemente por la coacción de una mujer fui víctima de un mal calculo de los líquidos y sobrepasé la cantidad requerida, quedando, como dicen "agüachento" (horror de horrores), bueno, a quien engaño, no es tan grave por si solo. El problema apareció al día siguiente cuando saqué mi billetera de la mochila y descubrí que estaba húmeda, y que ectrañamente olía a ¡papa!. ¡Oh no!, gran parte de mi mochila se mojó con el líquido excedente de mi puré, y gran parte de las cosas quedaron con un poco usual pero no menos agradable aroma a papa, ese día fue muy aromático. Pensé que no había problema, pero grande fue mi sorpresa cuando pasado el almuerzo mi mochila comenzó a reaccionar mal por el asunto y el agradable aroma a papa se convirtio en un rancio olor a papa.

Luego hoy viernes en la mañana cuando viajaba en el bus, estuve los 90 minutos sintiendo ese ligero pero notorio aroma, aunque pudo haber sido el tipo que iba sentado al lado durmiendo con la boca abierta, eso sumado al enorme atochamiento de transito que se produjo a la entrada de mi ciudad me sacaron de onda totalmente.

Varias veces durante el jueves exclamé "mmm... papa" luego de oler alguna pertenencia bañada por ese jugo extraño. Y era en serio, me gustó el aroma, hasta que se descompuso.

Bueno, eventos desafortunados pasan, pueden tomarlos de buena gana o seguir bebiendo, la vida sigue. Rock On!